Ricardo Esquivel Castañeda
Jueves, 8 de Abril del 2021. 3:34:31 pm
Letra más grande
La emigración vuelve a llamar la atención mundial por la crisis migratoria presente en la frontera entre Estados Unidos y México, tema histórico, pero que hoy resalta por encontrarnos en medio de una pandemia.
Llamó mi atención una nota de RT noticias del 26 de marzo pasado que dice, ?Un niño migrante de 9 años muere al intentar cruzar el Río Grande (y la alarmante cifra de fallecidos en la frontera entre EE.UU. y México)?; en México es frecuente escuchar de muertos en la frontera, pero aquí salta a la vista que en 2019 se encontraron 300 cadáveres en la línea fronteriza, y en 2020, 248; y al interior de la nota decía lo siguiente: ?La situación en la frontera ha sido catalogada de crítica, a pesar de que el Gobierno de Joe Biden niegue la existencia de una crisis por el aumento del flujo de migrantes, que buscan cruzar al territorio estadounidense en medio de las difícil situación económica y sanitaria por la pandemia en la región. En cuanto a los menores de edad, hasta el sábado 20 de marzo, el Gobierno estadounidense tenía bajo su custodia a unos 15.500 niños migrantes no acompañados, incluidos 5.000 adolescentes y niños varados en instalaciones de la Patrulla Fronteriza. En particular, las cifras de menores no acompañados en la frontera han aumentado considerablemente en los últimos meses?.
Sobre esto, lo que puede decirse es que es un crimen, los cadáveres encontrados en la frontera, las retenciones de miles de gentes, y lo más grave, desde mi punto de vista es la detención en cárceles y pocilgas, de miles de niños, son más de 15 mil infantes que están solos, sin sus padres y sin ningún familiar, retenidos en el paraíso del mundo.
Esto es un grave problema social que debe de alarmarnos, hasta dónde está llegando el mundo. Este horror, las cárceles de niños retenidos tiene una explicación.
Todos sabemos que el sistema capitalista se ha implantado a nivel mundial y busca que las empresas, los capitalistas, tengan la libertad absoluta para hacer negocios donde ellos quieran, que nadie los regule, ni el Estado; se busca elevar la productividad del trabajo, bajar los precios y mejorar la calidad de los productos para beneficio de los consumidores. Y nos dicen que esta forma de operar en la economía hará que los países mejoren económicamente, que generen fuentes de empleo, buenos salarios, mejores niveles de vida, etcétera. O sea que, según esto, automáticamente los países saldrán de la pobreza.
Pero, y entonces, ¿por qué si se aplica este sistema en casi todo el mundo, por qué hay países pobres y subdesarrollados como México, Honduras, Guatemala y muchos más, de donde salen miles y miles de personas, empobrecidas y hambrientas dispuestas a arriesgar la vida y a recorrer miles de kilómetros en busca de una mejor vida? La respuesta es, porque el sistema capitalista no busca el bienestar de la gente, de las familias, sino lo contrario, busca la ganancia, la máxima utilidad, pero para beneficio de los dueños de los medios de producción, de los propietarios de las grandes compañías, que son unos cuantos. Y esos países, como México, están sometidos a lo que les indican los poderosos, décadas llevamos ya en que las industrias extranjeras explotan nuestras riquezas naturales y nuestras naciones nada más no salen de pobres porque la riqueza va parar a manos extranjeras.
Es muy cierto que ahora se generan muchos bienes, mucha riqueza, pero ésta no se distribuye por sí sola, de manera natural. Ese es el mal del sistema en que vivimos, como se demuestra en la nota de BBC Mundo del día 19 de marzo pasado, ?Las ganancias combinadas de las 10 personas más ricas del mundo durante la pandemia del coronavirus alcanzaron los US$540.000 millones, según un reciente estudio de la organización Oxfam.
Esta cantidad sería suficiente para evitar que los habitantes del mundo caigan en la pobreza a causa del virus y pagar una vacuna para todos, aseguró la ONG.
Este es el verdadero problema, la injusta distribución de la riqueza mundial, el causante de tantos males a nivel mundial, la inhumana situación de miles de niños encarcelados en E.U la soslayan, la dejan pasar por alto los que se desgarran las vestiduras, ante ?atropellos? a los derechos humanos en otros países que han decidido luchar por buscar otra ruta distinta para beneficiar a su gente.
Entonces, se puede concluir que, la explotación a la que están sometidas las naciones pobres por los países ricos, es algo inherente, algo connatural al sistema capitalista, si entendemos esto, entenderemos que para acabar con la pobreza y evitar más emigraciones, la salida está en que los pobres del mundo busquen otro sistema social.
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