Por Sergio Mejía Cano
El 12 de octubre nos lo han hecho ver a la mayoría de los mexicanos quizás desde el párvulos como el "Día de la Raza", porque supuestamente ese día del año 1492 Cristóbal Colón había descubierto el continente que posteriormente fue nombrado como América.
Supuestamente, porque se ha documentado y comprobado que antes de ese año ya habían arribado este hemisferio occidental por ambos lados otras embarcaciones de origen noruego y asiático.
Sin embargo, el día de la raza debería de festejarse el 13 de agosto, pues fue en el año de 1521 cuando cayó en manos de los españoles el último reducto de defensa de la nación Mexica, y que fue precisamente en Tlatelolco, siendo apresado el último emperador ya de origen tlatelolca, Cuauhtémoc.
Ahí, en ese último reducto de la resistencia mexica y que significó la caída de la Gran Tenochtitlan, fue en donde dio inicio la raza que somos hoy en día, la Raza de Bronce, que se dio a través del mestizaje que conllevó esa caída de lo que había sido una gran nación en lo que hoy se denomina Mesoamérica. No por nada existe una placa conmemorativa precisamente ahí en Tlatelolco que señala el nacimiento de esta gran nación que hoy conformamos todos los mexicanos, excepto claro, las naciones autóctonas que jamás permitieron ser avasallados por los iberos llegados allende la Mar océano. Lo curioso es que muchos profesores a los que les he preguntado qué significa para ellos el 13 de agosto, la mayoría no han sabido responder con exactitud, algunos más han dicho que esta fecha ni en cuenta para ellos.
En esa placa conmemorativa que está en Tlatelolco se puede leer que: "El 13 de agosto de 1521, heroicamente defendida por Cuauhtémoc, cayó Tlatelolco en poder de Hernán Cortés, no fue triunfo ni derrota, sino el doloroso nacimiento del pueblo mestizo que es el México de hoy". Y sí, no fue triunfo ni derrota, más bien para que nuestras raíces siguieran viviendo, ya que se ha dicho que unas de las últimas palabras de Cuauhtémoc, fueron más o menos: ?Unos tenemos que morir para que nuestra raza no desaparezca? o ?morir para seguir viviendo".
Hay hasta himnos glorificando aquella hazaña del navegante genovés que a muchos de nosotros nos hicieron cantar en la escuela, como aquella que más o menos recuerdo que decía "si la reina Isabel, ricas joyas, a su empresa solícita dio, al valiente y osado marino", claro que es más larga la letra de este himno, pero es lo único que recuerdo. Pero no nada más era una canción o melodía que se referían a la llegada de Colón a estas tierras, sino que había varias más, y por si fuera poco, en los libros se hacía mucha referencia, más que hoy en día, a este hecho; pero lo extraño es que si bien se dice que la historia la hacen los vencedores, ahora eran mexicanos los que ensalzaban la llegada de los europeos a una tierra que hasta entonces, sus habitantes convivían con la naturaleza armoniosamente; aunque se dice que como seres humanos que eran, no faltaban las imposiciones de unas naciones sobre otras.
Pero, ¿en verdad este día lo debemos celebrar como un hecho que les fue benéfico a los habitantes de aquel entonces? Ya lo hecho, hecho está y no hay modo de resarcirlo, y como dicen algunos historiadores, que ya no debe haber rencores ni resentimientos entre ambas parte involucradas porque los mexicanos de hoy no somos ni los españoles tampoco, pero como la historia ha quedado a cargo más bien de la clase dominante, fue que a las nuevas generaciones se nos hizo ver desde siempre que la llegada de los españoles a estas tierras de nuestros ancestros indígenas, fue lo mejor que nos pudo haber pasado.
Sin embargo, por este hecho, hoy en día somos una de las naciones más atrasadas en muchos aspectos, precisamente por esa invasión española que en esa época era de los países más oscurantistas de aquél entonces.
Tan drástica ha sido esta invasión y dominación española desde ese 13 de agosto de 1521, que aún en los años 50 del siglo pasado, en muchas poblaciones no se permitía que hubiera edificios que rebasaran la altura de las torres de la Catedral de la población, verbigracia, Guadalajara, Jalisco, hasta que pudo más el progreso y la cordura que se edificó el Condominio Guadalajara con 24 pisos, pero ya hasta finales de la década de los 60 y principios de los 70.
En realidad no hay nada que festejar, al contrario, cada año crecen más las protestas por lo negativo que resultó para esta parte del continente el que hayan llegado aquellos españoles en 1492 o antes.
Comentarios