Por Sergio Mejía Cano
En un sondeo muy particular, el actual presidente municipal de Tepic, el profesor Francisco Javier Castellón Fonseca, no sale muy bien parado, pues la mayoría de los comentarios entre amigos, conocidos y asiduos concurrentes a la Plaza Principal frente a Catedral, se mostraron disgustados con la actual administración municipal.
Hay quienes muestran su disgusto porque según dicen, se enteraron que Castellón Fonseca no dio permiso para que se instalara en dicha plaza la Feria del Libro, tal y como se ha hecho siempre, por lo que ahora se instaló frente al palacio de gobierno en la llamada Plaza Bicentenario. Esto lo señalan personas que si bien dicen que posiblemente no vayan a comprar ningún libro, al menos es una buena entretención mirándolos, buscar títulos y recordar si ya tienen alguno de ellos, porque aunque se diga que es una feria del libro, los precios de todos modos para la mayoría de la gente son caros, aunque eso sí, un poco más baratos que en alguna de las escasas librerías que aún persisten en la capital nayarita.
Obviamente tenía que salir también el disgusto por los baches que ahora sí pareciera que tienen un nuevo record, porque la mayoría de las calles cuentan con ellos, tal y como si las mismas rúas estuvieran compitiendo entre sí para ver cuál de ellas se hace de más pozos, pozos, sí, porque por sus dimensiones ya no se pueden llamar simplemente baches.
También surgió el tema de la basura, y más porque este pasado martes se corrió el rumor de que no pasarían los camiones recolectores por estar descompuestos los camiones, pero sí pasaron en algunos lugares, y como ya se había dicho que no pasarían dichos camiones recolectores, mucha gente se quedó con su basura en su casa, porque si bien entre los vecinos se corrió después el rumor de que siempre sí pasarían, dicho rumor llegó cuando ya habían pasado y así, ya para qué.
Pero el disgusto en sí o la inconformidad en contra de la actual administración municipal de Tepic, se debe a la deficiencia con la que está actuando, porque cada día se marca más algo así como un descuido y falta de atención a los problemas comunes que a toda administración se le dan. Claro que se alega la falta de presupuesto y arcas prácticamente vacías, eso se dice, pero hasta ahora no se ha visto que así como los trabajadores sindicalizados cada día protestan por falta de pagos de salarios y prestaciones, no se ve que los regidores y trabajadores de confianza hagan lo mismo, es decir, que estos últimos al parecer no padecen la retención de salarios como los demás trabajadores que cotidianamente se quejan y hacen reclamos ante la falta de sus salarios.
En lo que sí coincidieron la mayoría de las personas disgustadas con la actual administración municipal fue en reconocer que don Francisco Javier Castellón es un buen hombre y bien intencionado, pero que posiblemente se haya estado dejando influenciar por los achichincles que están detrás de él y que precisamente por ser buena persona el presidente municipal, no les puede decir que no a sus asesores que pareciera que más lo perjudican que beneficiarlo, porque a fin de cuentas quien carga y cargará con toda la responsabilidad y reclamos es y será precisamente el mismo Castellón Fonseca y no quienes lo están mal aconsejando con algún fin y propósito que posiblemente en el fondo haya aviesas intenciones de bloquear su carrera política si es que va con la mira de llegar a contender por la gubernatura del estado.
Y a propósito de fondos que según se dice constantemente no cuenta el municipio tepiqueño, ¿cómo es que sí sale religiosamente para pagar los salarios de los regidores, miembros del gabinete edilicio y trabajadores de confianza? Y a propósito de regidores, ¿qué no en un principio se contempló que estos cargos fueran honorarios y sin ningún sueldo de por medio? Porque así deberían de funcionar lo cargos de regidores y no estar ganando ostentosos sueldos que no desquitan en modo alguno.
Esto es una clara sangría para las arcas municipales, así que se debería de legislar respecto a que los cargos de regidores sean honorarios, sin sueldo y como un servicio a la comunidad, para que así en un principio se vea de inmediato que no habría tantos aspirantes a ocupar dichos cargos de la regiduría.
Pero para no ser tan drásticos, quienes llegaran a ocupar estos cargos de regidores, que se les pagara lo que dejaran de percibir en sus trabajos originales, pero no el dineral que se les paga ahora y que en realidad no lo desquitan.
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