Serio Mejía Cano
Este 30 de abril le pregunto a un repartidor de tortillas que si va a trabajar el día uno de mayo, y muy asombrado, interrumpe sus labores dentro de una hielera y se me queda mirando fijamente, y me dice en tono de estar extrañado que toda la gente a lo largo de la cuadra le ha preguntado lo mismo, ¿por qué?, pregunta, añadiendo que qué es lo que habrá al día siguiente.
Le pregunto que si no me está vacilando, y me responde que no se lleva conmigo para querer vacilarme, que en realidad no sabe qué habrá el uno de mayo, que sus patrones no le han dicho nada por lo que intuye que sí va a trabajar. Ya en ese tono le digo que se celebra el día del trabajo, que ha sido uno de los días no laborables más emblemáticos para la clase trabajadora; y sin afán de ser grosero le pregunto que si no recordaba haber estudiado o sabido algo al respecto en la escuela, respondiendo el repartidor que no recordaba de bien a bien, que para qué es más que la verdad.
Este uno de mayo me encuentro a este repartidor de tortillas en una tienda de abarrotes y me dice que no va a vender en las calles, que únicamente anda surtiendo en las tiendas y por lo mismo, ahora va a salir más temprano de trabajar. Y en dicha tienda, también están los repartidores de una panificadora y de botanas.
Y ya estando en casa me sorprende escuchar el altavoz de una camioneta repartidora de gas, me sorprende porque se supone que este día del trabajo casi nadie labora, salvo los servicios más elementales; y si bien el gas es elemental en determinado caso, antes que esperanza que trabajaran los repartidores de todo tipo; porque también los de una purificadora de agua andan por la calle preguntando quién necesita algún garrafón.
Esto viene a colación porque recuerdo que hace algunos años casi nadie trabajaba, porque por ejemplo en Guadalajara, no circulaban los camiones del servicio urbano, obviamente porque los choferes tenían que andar desfilando dando gracias; igual que los obreros de las industrias que envuelven a la capital jalisciense. Recuerdo también que los periódicos no salían el uno de mayo, en ese tiempo de principio de la década de los 60 del siglo pasado nada más circulaban dos periódicos en la Perla Tapatía: El Informador y El Occidental, y por las tardes El Sol, estos dos últimos de la cadena periodística García Valseca. Prácticamente se paralizaba toda la ciudad.
Sin embargo, hoy en día, tal y como lo mencionó el repartidor de tortillas, hay que trabajar; y en este tenor están muchos de los negocios del centro de la ciudad y más allá, pues ahora los días festivos no lo parecen tal vez debido a la situación económica de la población que ya tiene tiempo que los días festivos los ha hecho como un día más como cualquier otro. Pero lo que es de resaltar, es que posiblemente muchos patrones no paguen este día en forma triple, tal y como aún está estipulado en la Ley Federal del Trabajo, porque hay mucha gente que afirma que la semana o la quincena le llega igual aunque hayan trabajado el día festivo.
Pero volviendo al tema del repartidor de tortillas que no recordaba o no sabía qué se celebra el uno de mayo, vaya que esto sí es preocupante, pues no es cosa menor que una persona con casi 30 años de edad esté en penumbras respecto a este hecho histórico; sin embargo, existe la posibilidad de que como este repartidor haya mucha más gente que esté en similares circunstancias. Y lo malo es que cuando Aurelio Nuño era el secretario de Educación Pública, promocionó que era necesario dejar a un lado las clases de historia porque estorbaban, que era mejor poner énfasis en las materias de matemáticas y español, para hacer más competitiva la escuela.
Y he aquí lo preocupante, pues si ahora que no se ha cancelado de bien a bien la materia de historia hay infinidad de ciudadanos que no la toma en cuenta, mucho menos la tendrán las generaciones futuras si es que se llega a cancelar la enseñanza de la historia tanto nacional como universal.
Cuando se le pregunta a un estudiante de secundaria o prepa algo respecto a un hecho relevante de la historia ya sea nacional o universal, por lo regular es que responda que eso no lo han visto o no se lo han enseñado; obviamente que no todos los alumnos están en este parámetro, pero sí es un común denominador en varios de los estudiantes, e incluso hasta de personas adultas, no nada más en las zonas rurales, sino hasta en las urbanas en que muchos padres de familia no saben o no recuerdan que se celebra el 20 de noviembre.
Sea pues. Vale.
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