Francisco Cruz Angulo
No hay motivo para festejar el Día Internacional del Trabajo.
México es uno de los países en donde la mayoría de los trabajadores apenas sobreviven con el salario mínimo mientras que el 10% de la población se apropia y disfruta de gran parte de la riqueza nacional.
¿Cuáles son las causas que originan tal desigualdad? Lo dicen los expertos; a saber: la política neoliberal implementada por una clase gobernante tecnocrática que al renunciar a su papel de promotor del desarrollo económico lo deja en manos del capital financiero, industrial y comercial extranjero los que sobreexplotan la mano de obra barata de millones de mexicanos condenándolos a su pauperización.
El gobierno de Salinas de Gortari nos vendió la idea que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá aseguraba el desarrollo económico y la prosperidad de todos los mexicanos.
Del gobierno salinista al de Enrique Peña Nieto pasando por la de los presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón el saldo ha sido positivo para los banqueros, las industrias de manufacturas y de automóviles, para los propietarios de grandes latifundios agrícolas y ganaderos, cadenas comerciales y de las poderosas cadenas hoteleras en centros turísticos.
En contrario se desmanteló nuestras cadenas nacionales productivas; se llevó a la quiebra al pequeño y mediano productor en el campo obligándolo a rentar o vender sus tierras y lanzándolos al desempleo.
Los gobiernos neoliberales priístas y panistas se ufanan que durante sus respectivos gobiernos se generaron millones de empleos bien remunerados y con el disfrute de la seguridad social.
Lo que omiten decir es que esos empleos en su mayoría cotizan con el salario mínimo y los mejor pagados son temporales, sobre todo en el ramo de la construcción y en las grandes cadenas comerciales. Y qué decir de la economía informal que ante la falta de oportunidades para conseguir un buen empleo miles de jóvenes y de amas de casa comercializan bienes y servicios en las calles y en las plazas públicas.
Así la Ley de la oferta y la demanda ha empobrecido a la mayoría de la población. A raquíticos salarios menos poder adquisitivo.
Es más, hasta los empresarios agrupados en la COPARMEX sugirieron a la Comisión Nacional de Salarios Mínimos incrementar los salarios de los trabajadores y que los economistas tecnócratas del gabinete de Peña Nieto rechazaron por considerar que provocarían altos índices de inflación.
Sí como afirma el gobierno de Peña Nieto México es la XIV economía mundial y que el Tratado de Libre Comercio llevó a la modernidad a nuestro país, ¿Como se explica entonces que existen más de 50 millones de pobres concentrados en las zonas centro y sur del país? ¿Por qué se ha disparado los índices de criminalidad y de violencia generados por el tráfico y consumo de narcóticos cuyos protagonistas son jóvenes que fluctúan de 18 a 40 años? ¿O que decir de miles de profesionistas egresados de universidades públicas y privadas que deambulan por las calles en busca de un empleo y que al no encontrarlo terminan ejerciendo otra actividad mal remunerada? ¿Qué porvenir les espera a estos jóvenes? He aquí la importancia de que el Estado recupere la rectoría del desarrollo económico de nuestra nación.
De continuar dejándolo a los vaivenes de las leyes del mercado internacional, México será un país de más pobres y de mayor violencia de las bandas del crimen organizado. Así lo estamos constatando en nuestra entidad.
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AMADONERVO
2018-05-01 01:54:43
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