Redescubriendo

Amor y Relaciones de Pareja: Presión Social

Por: José Miguel Cuevas Delgadillo.

Miércoles, 13 de Febrero del 2013. 8:43:37 pm

Letra más grande

Hace algunos años, llegó a mi consultorio un varón con una inquietud desesperante, me comentó que sus familiares lo presionaban mucho para que ya se casara. La situación se tornaba tan difícil que en cada convivio familiar sus hermanos lo oprimían con la idea del matrimonio. Su estado de ánimo se estaba deteriorando por eso buscó ayuda profesional. A la edad de 37 años su oportunidad de casarse “se la hacían ver lejana” y eso le afectaba. Existen otras motivaciones que también empujan a muchas hombres y mujeres solteros en la dirección del matrimonio: la presión social.

MATRIMONIO POR PRESIÓN SOCIAL. En nuestra cultura mexicana existe la presión para que las personas se casen a cierta edad. Aunque también es cierto que el promedio de la edad en que la mayoría de la gente se casa ha ido aumentando, la realidad es que en nuestra sociedad la costumbre sigue siendo casarse antes de los 30. Es una tradición, una especie de meta o destino que cumplir. Aquellas personas que no se casan —especialmente porque quieren tener libertad para servir en sus áreas de trabajo— pueden ser vistas como raras. Esto se llama presión social y puede ser sutil o abierta. Es sutil cuando eres percibido como una persona “incompleta”, o “rara”, especialmente cuando tienes cierta edad y aún no te has casado. Es presión social fuerte cuando familiares o conocidos te hacen críticas constantes, o bromas pesadas con la intención de hacerte sentir mal. “Te vas a quedar solterona”, “se te va a pasar el tren”, “soltero maduro joto seguro”, o cosas por el estilo. En ocasiones, familiares entrometidos tratan, incluso, de manipular sentimientos de culpa: la abuela que se queja porque quiere que tengas un hijo para ella porque va a ser su bisnieto, o un papá que te quiere “dejar ya casada” porque esa es su costumbre y no puede pensar de otra manera porque fue educado en una sociedad machista. ¡Penosas razones para iniciar un matrimonio son esas!

Si añadimos a lo anterior la contribución de las nuevas tecnologías y su papel de “Cupido”, el asunto se agrava todavía más. Internet cuenta hoy en día con diversas redes sociales, programas y chats exclusivos para encontrar pareja. Te sugieren, y en algunos casos, te presionan para que inicies una nueva relación de noviazgo. Nuestra idiosincrasia percibe el matrimonio como un proceso obligatorio, como parte de la vida del ser humano que todos debemos cumplir; sin embargo, pocas veces nos sentamos a meditar puntos importantes antes de tomar una decisión al respecto: ¿A qué edad debo casarme? ¿Qué tipo de persona debo escoger? ¿Podré llevar la responsabilidad de la unión? ¿Necesito verdaderamente casarme? En otras áreas de nuestras vidas se recomienda que pensemos muy bien antes de tomar una decisión determinada: qué carrera estudiar, en dónde trabajar, en qué ciudad vivir; pero rara vez se nos recomienda analizar muy bien la decisión de casarse. Muchas personas afirman: “en cuestiones del amor hay que dejar que el corazón mande”. Está creencia es muy peligrosa, porque es la causante de que miles de matrimonios en nuestro país y nuestro estado no lleguen a los tres años de existencia. Existe otro tipo de presión, cuando una jovencita sale embarazada y sus padres la obligan a casarse con el joven que la embarazo. Imaginemos la escena: la jovencita tiene 16 años de edad, está estudiando la prepa, de pronto sale a pasear con su novio y queda embarazada. Obvio, tiene miedo de ser descubierta por sus padres, cuando sabe que está embarazada oculta el hecho hasta donde más puede, enseguida lo externa, acto seguido la regañan y la presionan a que se case con el muchacho. ¿Te suena familiar? ¡Qué será de ese matrimonio! La experiencia demuestra que habrá una insatisfacción emocional en los jóvenes y terminarán por divorciarse. Mi propuesta no es que nadie se case, sino que aquella persona que lo haga no sea por presión social o familiar, sino porque ya está lista para tomar una responsabilidad de ese tipo. Un servidor recomienda que sea después de los 25 años en los hombres y después de los 23 en las mujeres. Orientador Familiar y Conferencista. Consultas Celular 311 136 89 86