Jueves de Corpus

Vírgenes en botanero de Tepic

Olegario Zamudio Quezada

Viernes, 15 de Junio del 2012. 6:16:07 pm

Letra más grande

Esta tarde de fin de semana fui a degustar las porquerías que venden en los botaneros de Tepic y es que en ocasiones, dan ganas de ponerse repleto de marrano, comer desordenadamente cuanta porquería nos sirvan en la mesa.

En ese ambiente familiar de putas, borrachos y vendimias, pude ver unos niños que contentos le destapaban las cervezas al papa y como veían que resistían, fueron y llamaron al mesero para que trajera otro balde de pacifiquitos bien heladas con hielito.

En lo que me comía una media docena de charalitos llegaron a venderme a la mesa, películas piratas, cocadas, monitos bailadores, ostiones en su concha (la del ostión claro), ya por ultimo se apareció un chamaco con cara de michoacano que intento venderme una virgen morena, pero luego apareció una virgen de verdad, güerita ojos azules quien sonriente me ofreció un ramo de rosas.

En ese lugar y al ritmo de la canción del Perro Negro, el de la Piedad Michoacán, ese que era de Don Gilberto que tenia fama de muy valiente (Don Gilberto), -bueno aunque cabe aclarar que también el perro era cabrón-, pues un día se hecho al plato a Don Julián aquel que era novio de la Lupe y que por enchílame estas gordas fue y le metió unos pinches balazos al Rabo verde del Gil.

Bueno, el caso es que en esa decente cantina familiar, se puede comprar casi de todo y con poco dinero, hasta un juez, dos abogados, un arquitecto, un carterista, un escritor, un par de periodistas, una virgen de yeso que llora y hasta una virgen de verdad.

Todo esto observaba, cuando me percate que en la mesa de al lado estaba un tipo solitario, comiendo en un molcajete camarones en aguachile y en una de tantas ocasiones voltio y me comento, que los camarones dorados sabían mejor, lo escuche con acento fuereño, lo vi al bato con ganas de pagar mi cuenta y eso no fue posible primero porque no lo permitiría, luego de repente se fue junto con otras camionetas iguales de esas silverado, se fueron a toda velocidad, con rumbo de no se a donde.

El mesero de mirada furtiva me traía lázaro con los platos de botana de pescaditos y como veía que mi estomago resistía me seguía arrimando platos y platos de charales, estaba tan ensimismado comiendo pescados, que mi novia como el dinero de José Alfredo Jiménez, no supe ni donde s fue, llegaron dos “edecanes” a ofrecer sus servicios, estamos de oferta comento la que traía una camiseta de una escuela primaria, me dijo, “cuatrocientos pesos por dos horas”.

Le pregunte, ¿ y esa camiseta, acaso eres alumna de esa primaria...? me contesto que no, que era maestra, que daba clases, con una rica sonrisa me insistió, hay oferta, “dos horas por cuatrocientos pesos”, bonitos los atractivos turísticos de Tepic en el periférico de la ciudad, para que los viajeros nacionales lleguen a ese rinconcito a saciar su calor, su sed y hasta sus ansias y si son religiosos pueden comprar una virgen de yeso o una virgen de verdad.