Por Francisco de León/El Sol de Nayarit.
* En los últimos cinco días se ha desatado la violencia en la capital nayarita, múltiples balaceras, muchos muertos, ningún detenido, operativos coordinados infructuosos entre la policía federal, estatal, municipal, el ejército y la marina, mantienen a la sociedad en estado de terror.
Esta es la realidad que aun y cuando las autoridades desean ocultar, no pueden hacer gran cosa ante la evidente ola de violencia que ha azotado al estado y principalmente a la capital nayarita en los últimos días.
No hay duda, Tepic es en estos momentos una zona de guerra en la que las autoridades han sido ampliamente rebasadas y ni siquiera la presencia del ejército y la marina, mucho menos la policía federal, estatal y municipal, han sido fructíferas para detener la ola de ajusticiamientos que se han dado en Nayarit y por el contrario, todo pereciera indicar que estamos muy lejos de que esto termine.
El lunes de la semana pasada los tepicenses nos despertamos sorprendidos con un impresionante operativo policiaco-militar que se desplegaba por todo la ciudad, helicópteros sobrevolaban la ciudad a muy baja altura, fotografiando e inspeccionando cada rincón y cada casa, no tardó mucho en que nos enteráramos que el operativo había sido dirigido desde la Cd. de México, originándose una balacera en la Colonia San Juan, donde perdió la vida el brazo derecho del Cártel de los Beltrán Leyva, Santiago Lizárraga Ibarra, mejor conocido como "El Chaguín", señalado como uno de los más crueles y sanguinarios narcotraficantes.
En la nota publicada por El Sol de Nayarit en su portal de internet, sobraban los comentarios aplaudiendo y felicitando la acción del Gobierno Federal, había caído "El Chaguín"; lo que significaba un importantísimo avance en la guerra contra el narcotráfico, aseguraban los visitantes, sin embargo nadie podía imaginar siquiera la ola de violencia que se desataría tan solo un par de días después.
Se supo que "El Chaguín", como principal operador de los Beltrán Leyva, controlaba las "plazas" de Nayarit, Sinaloa y Sonora, y que vivía aquí en Tepic desde hacía tiempo, comandando grupos delictivos con toda impunidad, pero ahora, había caído con disparos de armas militares y en un operativo en el que ni siquiera informaron a las autoridades estatales.
Tal y como si hubieran abierto la caja de pandora, la ola de violencia no se hizo esperar, a los pocos minutos del Jueves, en la colonia H. Casas, ejecutaron a Héctor Efrén Vázquez Murillo, de 32 años de edad, según las versiones oficiales, viajaba en un vehículo del lado del copiloto, transitando sobre la Flores Magón, que al llegar al cruce de la calle Rayón, se les emparejaron dos vehículos en los que viajaban varias personas armadas, disparando en múltiples ocasiones sus AK-47 (Cuernos de Chivo), logrando quitarle la vida, en cuanto al conductor del vehículo en el que viajaba Héctor Efrén, aseguran que se dio a la fuga.
Ese mismo jueves a las 9:50 de la noche, en la misma zona del primer asesinato y a tan solo unas calles de distancia, sobre la calle Sta. Teresita y calle Francisco Villa de la Colonia López Mateos, dispararon contra Juan Manuel Torres Ruiz, cuando este llegaba a su casa y justamente al bajarse de su camioneta Gran Cherokee, recibiendo 7 impactos de bala.
Juan Manuel Torres Ruiz, con tan solo 19 años de edad, había recibido tres balazos en una pierna y cuatro en el abdomen, en el lugar, también resultó lesionado un joven de 28 años de edad que se encontraba de visita con su novia, con un rozón de bala en la cabeza, horas más tarde se confirmó que Juan Manuel Torres Ruiz, había perdido la vida en el hospital tras largas horas de agonía.
Los servicios periciales habían localizado en el lugar de los hechos 9 casquillos percutidos de AK-47 (Cuerno de Chivo) y a pesar de la presencia de la policía federal y el ejército mexicano, los agresores lograron darse a la fuga.
El viernes a las 9:00 de la noche y a solo unas cuadras de los anteriores dos crímenes, pero ahora en la Colonia Ojo de Agua, en calle Zicacalco y Mariano Matamoros, frente a una escuela primaria que lleva el mismo nombre, se registró un fuerte balacera en la que perdió la vida César Plata Quintero de 30 años de edad.
Vecinos del lugar quedaron conmocionados ante el impresionante crimen y los múltiples disparos de AK-47 que los victimarios hicieron en contra de César Plata Quintero, que conducía un vehículo blanco que detuvo su camino al impactarse de frente contra un poste, ya con el cuerpo sin vida de César Plata identificado por la procuraduría como un narcomenudista detenido en el 2006 en posesión de cocaína.
Por supuesto, los agresores lograron darse a la fuga, pero mientras el operativo policiaco aun no terminaba, tratando de dar con el paradero de los sicarios, el sábado poco después de las 5:00 de la mañana en el Fraccionamiento Ciudad del Valle, reportaron detonaciones de arma de fuego.
En las calles de Av. Del Valle y calle Turín, yacía el cuerpo sin vida de Adán Eduardo Castañeda Meza, de 20 años de edad, con tres impactos de bala.
Sobre el pavimento se podía apreciar una gran mancha de sangre, el cuerpo a un lado de una camioneta, que según un testigo, Adán Eduardo Castañeda Meza se encontraba a bordo de su camioneta tipo Dakota, color gris, sin placas de circulación, tomando bebidas embriagantes con un amigo, cuando llegó un vehículo Jetta, color blanco, originándose una discusión con sus tripulantes, el copiloto de éste vehículo se bajó, sacándose una pistola 9 mm. de entre sus ropas, disparando en múltiples ocasiones y dando muerte a Adán Eduardo y dejando herido a su acompañante con un disparo en el pie.
A partir de investigaciones policiales, se sabría con posterioridad sobre un domicilio ubicado en la Colonia San Juan, sobre la calle Caoba No. 223, interior 3, mismo domicilio que se relaciona tanto con Adán Eduardo Castañeda Meza y su acompañante, donde se encontraron accesorios policiales, siendo una chamarra con las insignias de la Agencia Federal de Investigaciones, capuchas, un chaleco táctico, una pechera sin cargadores, sinchos de plástico, ropas oscuras, así como varios juegos de placas para vehículo de los estados de Jalisco y Nayarit, una caja de cartuchos vacía y un radio keenwod.
También se logró identificar a los presuntos responsables del homicidio, siendo quienes llevan por nombre Antonio Quintero Curiel de 23 años de edad, originario y vecino del municipio de Acaponeta, Nayarit, y de Luís Eduardo Rosales Andalón de 23 años, originario y vecino del mismo municipio, sin embargo, hasta el momento no se ha logrado su detención.
El mismo sábado a las 5:40 de la tarde, se reportaron tres disparos en la Procuraduría General de Justicia, el mismo portal de "Nota Roja Nayarit" dio a conocer el suceso, fuentes extraoficiales aseguraban que un vehículo había ingresado al interior de las instalaciones de la Procuraduría y había efectuado los disparos, atacando así las instalaciones, el ejército y la marina rápidamente acordonaron toda la zona, pero las autoridades desmintieron la versión del ataque, dando la escusa por demás absurda que todo se había debido a que un elemento policiaco tenía sospechas de que lo seguían, accionando su arma para alertar a sus compañeros.
Sin embargo, mismos policías estatales confirmaron que el ataque había sido real e incluso invitaron a reporteros de este medio retirarse ante la inminente amenaza que había de recibir más ataques contra las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia.
A las 9:45 de la noche, en la Colonia Indeco, un grupo armado perpetró cientos de disparos y detonó cuando menos una granada de fragmentación en el domicilio ubicado en calle Manuel Ávila Camacho No. 73, a tan solo dos cuadras de los anteriores asesinatos.
En el lugar, ejecutaron a Araceli León Beltrán de 48 años de edad, originaria de Sinaloa y localizando en el mismo domicilio una granada sin detonar, 1 pistola 38 súper, 2 radios, entre 150 a 200 casquillos percutidos del calibre 7.62x39 (cuerno de chivo) y 1 gorra con las siglas de la Policía Federal (PFP).
El ejército y la marina, sitiaron toda el área y no permitieron el acceso a la prensa, así como también bloquearon el acceso a los mismos vecinos del lugar que aun en la madrugada del domingo no se les permitía llegar a sus casas.
En las corporaciones policiacas ya se hablaba de que continuarían las ejecuciones durante la noche del sábado, un informante de la policía municipal confirmó que por disposiciones superiores, se daba la orden de que todos los elementos, tanto policías municipales como de tránsito y vialidad, se acuartelaran en sus respetivas centrales, sin salir a las calles de la capital nayarita, hasta nueva disposición.
Los rumores resultaron ciertos, a las 4:00 de la mañana del domingo, un grupo armado atacó la funeraria San José, funeraria donde eran velados los restos de César Plata Quintero, acribillado en el viernes en la colonia Ojo de Agua.
De nueva cuenta, cientos de disparos percutidos que llovieron sobre la funeraria donde se encontraban familiares del narcomenudista asesinado, disparos que se extendieron hasta la esquina de Av. Victoria, dejando impactos de bala de AK-47 sobre el cajero de Banamex que se encuentra en esa esquina, como clara evidencia del brutal ataque.
Tres muertos fueron el resultado de la agresión, Gumaro Plata González, de 37 años de edad, primo hermano del narcomenudista que en esos momentos velaban; Humberto Rivera León, de 32 años de edad, identificado como hijo de la señora asesinada pocos horas antes en la colonia Indeco que de nada le sirvió un chaleco antibalas que portaba, así como también, de nada le sirvió el fusil R-15 que tenía en su poder.
El tercer asesinado fue un hombre que hasta el momento se ha identificado como Santos, del que aseguran es un humilde músico de la calle Zacatecas y nada tenía que ver con el crimen organizado.
Efectivamente, una víctima colateral de la ola de violencia y evidente guerra por la plaza del crimen organizado, "Víctima Colateral" un término en el que en cualquier momento podrían ser etiquetados nuestros padres, hermanos, hijos o nosotros mismos, al quedar en medio de un fuego cruzado, mientras los elementos policiacos se acuartelan en sus centrales ante la inseguridad que priva en nuestro estado.
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