Director de primaria daba dinero a alumnos por favores sexuales

Redacción/El Sol de Nayarit

Jueves, 5 de Marzo del 2015. 4:12:16 pm

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En Baviácora, Sonora, el director de una escuela primara fue acusado de abuso sexual de seis niños.

Las autoridades judiciales impusieron una orden de alejamiento al director de la escuela.

El hombre ya había sido capturado en mayo de 2013 por agentes municipales de San Luis Río Colorado, a 700 kilómetros al noroeste de Hermosillo. Se le encontró desnudo al interior de un automóvil con un menor de 14 años de edad que padece discapacidad motriz y era alumno de la escuela “Esther Miranda”.

Las autoridades pudieron detener al director de la primaria “Abelardo L. Rodríguez”, Ernesto Gurrola Valenzuela, porque la mamá del menor de 14 años se percató de que su hijo salía constantemente por las noches y volvía con dinero.

Según la prensa local, el agresor sexual salió bajo fianza cinco días después de ser aprehendido en esa ocasión.

Después de un tiempo, Gurrola Valenzuela volvió a abusar de otros niños de ese municipio, hasta que un grupo de padres de familia organizaron una reunión general para exigirle una explicación acerca de su conducta mostrada con cinco alumnos de sexto grado, a quienes el director les llamaba “especiales”.

Estos niños recibían diariamente 30 pesos por parte del director, tenían “cuenta abierta” en la tiendita escolar y además acompañaban al director a asuntos fuera del plantel escolar, a pesar de que el reglamento lo prohíbe.

A cambios de este trato “especial”, los menores debían besar en la boca al docente y dejarse acariciar.

Una de las mamás de estos niños, quien pidió no ser identificada, declaró que durante los primeros días de enero su hijo le confesó que el director tenía cuidados “especiales” con él y otros cuatro compañeros de entre los 11 y 12 años de edad.

“Mi hijo dejó de desayunar por mucho tiempo, porque si comía por la mañana, tendría que ir al baño de la escuela por donde se encuentra la dirección, y al pasar por ahí este señor les pedía como premio un beso”, relató.

Además los mandaba llamar a su oficina, con el pretexto de revisar que llevaran el cinturón del uniforme, y aprovechaba para acariciarlos.

“Ahora ya no sé qué decir a mi hijo porque siempre lo mandaba a la escuela con la orden de que hiciera caso a los maestros y al director, y resulta que este último lo ofendió”, dijo la madre entre sollozos.

Cinco padres de familia confirmaron esa misma versión, sin embargo, sólo tres interpusieron las denuncias correspondientes ante la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común, con sede en Aconchi, donde los niños declararon sobre los hechos.

Por otro lado, los padres de familia dicen estar desesperados, pues aunque la Procuraduría Estatal para la Defensa del Menor ofreció brindarles todo el apoyo que se requiera, reciben frecuentemente amenazas del gobierno de Sonora para que no ventilen el caso a los medios de comunicación.

El supervisor de la zona 11, Rafael Páez Castelo, responsable de las primarias estatales en el río Sonora, informó que el acusado fue removido oficialmente de su cargo el pasado martes 3 y un día después se designó a un suplente.

Ernesto Gurrola Valenzuela, de 53 años de edad, negó todas las acusaciones en su contra, a pesar de que seis niños que no se conocen entre sí lo acusaron de abuso sexual.

“Los padres de familia y alumnos me miraron con otros ojos desde que unas muchachitas de sexto grado buscaron mi nombre en Google y supieron de mi asunto en San Luis”, dijo.

Gurrola Valenzuela dijo que los tratos “especiales” hacia los menores eran porque necesitaban “un poquito” de mayor atención, ya que eran indisciplinados; y dejó la cuenta de la tiendita abierta porque algunos de ellos no desayunaban antes de asistir a clases.

“Algunos de ellos ocasionalmente me acompañaban a la tienda; a uno de ellos se le trozó el pantalón y lo llevé con su mamá; uno más se enfermó y lo llevé al doctor, y a otro le regalé un celular para que mejorara calificaciones” dijo el director.

Finalmente, cuando se le preguntó si se sentí atraído por los menores de edad, respondió con un vacilante “no”.

Foto: Proceso