
* Ya tenían tres días en cautiverio
Marcos Beltrán/El Sol de Nayarit
A principios de la semana pasada, a eso de las seis de la mañana, un ganadero de apellido Mendoza, oriundo del estado de Michoacán y avecindado en el poblado de Las Palmas, municipio de San Blas salió de su domicilio en dirección a su parcela junto con su ayudante, iban a ordeñas las vacas.
Pero, en el trayecto, sobre la brecha que conduce al poblado de Las Coloradas, fueron interceptados por un vehículo, el cual era tripulado por al menos seis sujetos encapuchados y fuertemente armados.
Los obligaron a bajarse de la unidad y colocándoles pañuelos en los ojos, los subieron a otra unidad y enfilaron con rumbo desconocido, pero cerca de donde tenía su ordeña ya que logró ver en el lugar que se encontraban.
Uno de los encapuchados encaró a Mendoza, diciéndole que exigían un millón de pesos a cambio de dejarlos con vida, cosa que su víctima negó tener tal cantidad y fue suficiente para emprenderla a golpes contra él y su ayudante.
Es de señalar que a unos cuantos metros estaba otra persona privada de su libertad, igual, atado de pies y manos y con los ojos vendados.
Mendoza solo les ofreció seis mil pesos a cada uno y que era lo único que podía darles y de nuevo fue golpeado.
LOGRA ZAFARSE:
Mientras que dos sujetos iban con la familia a negociar la libertad, tanto Mendoza como su ayudante lograron zafarse de las ataduras y comenzaron a correr en dirección al cerro.
Eran ya como las cuatro de la tarde aproximadamente, sin embargo, uno de los que los custodiaban logró descubrirlos y comenzó a dispararles, logrando que se detuvieran.
De nuevo los ató y cuando regresaron sus cómplices, al saber lo sucedido de nuevo los golpean.
No hubo negociaciones.
Ya por la noche de nuevo lograron zafarse de las ataduras y en esta ocasión corrieron con mucha suerte porque los plagiarios no se dieron cuenta cosa que cuando llegaron a sus domicilios, de inmediato procedieron a interponer formal denuncia, señalando que al parecer, por la voz logró identificar a uno como vecino del poblado de La Libertad, municipio de San Blas, sin embargo, debido al temor de que les hicieran algo, tuvieron que emigrar a esta ciudad de Tepic, dejando todo en el poblado que lograron sobrevivir por varios años.
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