José Miguel Cuevas Delgadillo/El Sol de Nayarit
En México 92 por ciento de los hogares cuenta con al menos un televisor que se mantiene encendido durante siete horas y media al día, según datos publicados por la UNICEF. Amaya dice que la influencia de algunos medios de comunicación es también un factor fundamental para influir en el comportamiento humano y propicia violencia en niños y adolescentes. Amaya añade las consecuencias de estar expuesto a programas de televisión con un contenido violento: aprendizaje de conductas y actitudes violentas, inhibe la compasión por el sufrimiento ajeno y proporciona miedo. Por su parte, el escritor Pablo Latapí Sarre refiere que la violencia televisiva debe considerarse tan nociva como la que ocurre en el hogar; sus efectos sobre los sentimientos y el carácter de los niños son semejantes a los de un ambiente familiar violento. Añade que ciertamente la violencia televisiva inculca la persuasión de que el más fuerte tiene la razón, de que hay que despreciar al débil y de que se vale ser cruel. La exposición continua a la violencia provoca, además, sobre todo en los niños, un estado de ansiedad, miedo y suspicacia.
Con respecto al sentido moral Latapí dice:
Lo moralidad de las acciones que aparecen en la televisión se percibe como vinculada la simpatía por el personaje: que algo sea correcto, moralmente o no, que sea justo o injusto aunque se trate de homicidios, mentiras o robos , depende de quién lo realiza, no del hecho en sí. El maniqueísmo televisivo es, además, reduccionista: los buenos no pueden hacer nada malo ni los malos nada bueno: éste es un criterio peligroso que impide comprender la complejidad de la realidad humana y forma mentalidades simplistas. (Pablo Latapí Sarre. El debate sobre los valores de la escuela mexicana. p. 39)
Un informe de la Unesco señala que niños y niñas de la Unión Europea ven la televisión un tercio del tiempo en que están despiertos. Además esta monopolización del tiempo libre infantil hace que en conjunto el "tiempo escolar" sea menor al "tiempo televisivo." En otras palabras, un niño pasa 1200 horas en la escuela al año, mientras que frente al televisor pasa 2000 horas al año. En este sentido, a los 15 años una persona habrá visto en la televisión 7300 asesinatos. Por si fuera poco, en nuestro país el 95% de los menores de 3 años ya adquirieron el hábito de ver la televisión.
La mayoría de los expertos en el tema y algunos estudiosos del comportamiento en niños y adolescentes coinciden en que la televisión fomenta la pereza y la manipulación intelectual. En los niños, algunos programas televisivos altera de una manera considerable la memoria, ocasionando miedos nocturnos y miedo a la oscuridad. Los niños que se exponen por mucho tiempo a la televisión en la mayoría de los casos originan obesidad, agresividad y mal rendimiento académico. En este sentido, los niños menores de 10 años son los más vulnerables a los efectos nocivos de la televisión, esto porque los niños aprenden por imitación, en otras palabras, el niño expuesto a la programación aprenderá nuevos hábitos y habrá una alteración en su conducta. Hasta la próxima. redescubriendo@hotmail.com
Comentarios