MC Ramón Larrañaga Torróntegui
En la villa de Chihuahua á los días 27 del mes de julio de 1811. Estando juntos y congregados á los ocho y media de la mañana en la casa morada de don Francisco Fernández Valentín, canónigo doctoral de la iglesia de Durango, el referido señor con los asociados doctor don Mateo Sánchez Álvarez, el reverendo padre fray José Tamayo y don Juan Francisco García, y conforme á derecho, se pasó á leer acto continuo el proceso criminal formal por la jurisdicción real y eclesiásticas unidas, al Br. don Miguel Hidalgo y Costilla, cura de la congregación de los Dolores, en el obispado de Michoacán, y concluida su lectura considerando todos que la causa estaba suficientemente examinada, el juez comisionado de unánime acuerdo y consentimiento de sus asociados, pronunció la sentencia
En el nombre de Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo don Francisco Fernández Valentín, canónigo doctoral de la Santa Iglesia Catedral de Durango y comisionado por mi prelado el Ilustrísimo señor doctor don Francisco Gabriel de Olivares, del Consejo de Su Majestad Católica habiendo conocido juntamente con el señor comandante general de las provincias internas de Nueva España, brigadier de los reales ejércitos, don Nemesio Salcedo, la causa criminal formada de oficio al Br. don Miguel Hidalgo y Costilla, cura de la congregación de Dolores, en el obispado de Michoacán, cabeza principal de la insurrección que comenzó en el sobredicho pueblo el día 16 de Septiembre del año próximo pasado.
Decreto lanzado por el obispo Manuel Abad y Queipo. Obispo de Michoacán de 1810 a 1815. Por autoridad del Dios Omnipotente, El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo y de los santos cánones, y de las virtudes celestiales, ángeles, arcángeles, tronos, dominaciones, papas, querubines y serafines: de todos los santos inocentes, quienes a la vista del santo cordero se encuentran dignos de cantar la nueva canción, y de los santos mártires y santos confesores, y de las santas vírgenes, y de los santos, juntamente con todos los santos y electos de Dios: Sea condenado Miguel Hidalgo y Costilla, ex cura del pueblo de Dolores.
Lo excomulgamos y anatemizamos, y de los umbrales de la iglesia del todo poderoso Dios, lo secuestramos para que pueda ser atormentado eternamente por indecibles sufrimientos, justamente con Dathán y Habirán y todos aquellos que le dicen al señor Dios: ¡Vete de nosotros, porque no queremos ninguno de tus caminos!
Y así como el fuego es extinguido por el agua, que se aparte de él la luz por siempre jamáz. Que el Hijo, quien sufrió por nosotros, lo maldiga. Que el Espíritu Santo, que nos fue dado a nosotros en el bautismo, lo maldiga. Que la Santa Cruz a la cual Cristo, por nuestra salvación, ascendió victorioso sobre sus enemigos, lo maldiga. Que la santa y eterna madre de Dios, lo maldiga.
Que San Miguel, el abogado de los santos, lo maldiga. Que todos los ángeles, los principados y arcángeles, los principados y las potestades y todos los ejércitos celestiales, lo maldigan. Que sea San Juan el precursor, San Pablo y San Juan Evangelista, y San Andrés y todos los demás apóstoles de Cristo juntos, lo maldigan. Y que el resto de sus discípulos y los cuatro evangelistas, quienes por su predicación convirtieron al mundo universal, y la santa y admirable compañía de mártires y confesores, quienes por su santa obra se encuentran aceptables al Dios omnipotente, lo maldigan.
Que el Cristo de la santa Virgen lo condene. Que todos los santos, desde el principio del mundo y todas las edades, que se encuentran ser amados de Dios, lo condenen. Y que el cielo y la tierra y todo lo que hay en ellos, lo condenen. Sea condenado Miguel Hidalgo y Costilla, en dondequiera que esté, en la casa o en el campo, en el camino o en las veredas, en los bosques o en el agua, y aún en la iglesia. Que sea maldito en la vida o en la muerte, en el comer o en el beber; en el ayuno o en la sed, en el dormir, en la vigilia y andando, estando de pie o sentado; estando acostado o andando, resonando o cantando, y en toda sangría. Que sea maldito en su pelo, que sea maldito en su cerebro, que sea maldito en la corona de su cabeza y en sus sienes; en su frente y en sus oídos, en sus cejas y en sus mejillas, en sus quijadas y en sus narices, en sus dientes anteriores y en sus molares, en sus labios y en su garganta, en sus hombros y en sus muñecas, en sus brazos, en sus manos y en sus dedos.
Que sea condenado en su boca, en su pecho y en su corazón y en todas las vísceras de su cuerpo.
Que sea condenado en sus venas y en sus muslos, en sus caderas, en sus rodillas, en sus piernas, pies y en las uñas de sus pies. Que sea maldito en todas las junturas y articulaciones de su cuerpo, desde arriba de su cabeza hasta la planta de su pie; que no haya nada bueno en él. Que el hijo del Dios viviente, con toda la gloria de su majestad, lo maldiga. Y que el cielo, con todos los poderes que en él se mueven, se levante contra él. Que lo maldigan y condenen. ¡Amén! Así sea. ¡Amén! El proceso degrada torio se llevó a cabo el 29 de julio de 1811 en una de las salas del Hospital Real de Chihuahua, y consistió en rasparle la piel de la cabeza, que había sido consagrada, como cristiano y sacerdote, con el santo crisma. También le arrancaron la yema de los pulgares e índices de las manos que habían sido consagradas el día de la ordenación.
Después lo entregaron al gobierno español para que lo fusilaran, sin ninguna de las prerrogativas y beneficios eclesiásticos, en que antes se amparaba cualquier reo. Obispo Manuel Abad y Queipo, fue nombrado obispo por la regencia, y nunca fue presentado por el Papa; además, por ser hijo natural no podía ser sacerdote ni obispo, según las leyes eclesiásticas de aquella época. Sin embargo, bien aceptaron la excomunión dictada por él. Manuel Abad y Queipo era obispo de Michoacán, y permaneció en su cargo hasta 1815, en que salió para España. Hernández y Dávalos, J.E. Colección de Documentos para la Historia de La Guerra de Independencia de México, de 1808-1821, Tomo I. Página 56.
Comentarios
Invitado
2014-03-30 22:01:51
Le tupieron duro, que bárbaros. Pero al fin de cuentas esa excomunión no sirve de nada; por que el Dios verdadero no está en esa religión idólatra y pagana.
Invitado
2014-03-30 22:01:55
Primisss...exelente documento muy ilustrativo e interesante para todas las personas q se sienten apasionadas x la historia de México...muy bien sol.
Invitado
2014-03-31 18:56:30
se imaginan como hubieran juzgado a los actuales? chin...si a hidalgo por encabezar la independencia ,ahora los que hacen daño a los niños . poca madre. de estos cabrones .
Invitado
2014-03-31 20:47:48
La Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana, siempre ha salido con sus bendejadas... ¡VIVA BENITO JUÁREZ!.
Invitado
2014-04-01 00:40:07
Señor MC. Ramón Larrañaga usted se aboca única y exclusívamente al juicio que hizo la iglesia a Miguel Hidalgo, pero no expone los motivos que llevaron al proceso de tal evento. Le sugiero a usted y las personas interesadas en el tema, que lean la Verdadera Historia de México.- Miguel Hidalgo "El falso padre de la Independencia". Ahí, se dará cuenta de las atrocidades y crímenes que este señor cura hizo, inclusive, asesinando sacerdotes católicos. La matanza que ordenó dentro de la Alondiga de Granaditas de niños, mujeres y ancianos refugiados allí. Se enterará que Hidalgo era un integrante de la Masonería cuyas ideas le eran infiltradas desde Estados Unidos. Soy una persona que leo y me interesa de manera apasionada, la historia de México. Mis respetos para usted y todos los lectores, si bien es cierto cada quién que crea y siga lo que deseé. Pero primero, ahi que documentarse para que como decía mi abuelo; "no me cuenten los dientes". Saludos, con afecto y respeto.