Redacción/El Sol de Nayarit
Un equipo de mineros ha hallado la madrugada de este sábado el cuerpo sin vida de Julen, el niño de dos años que el pasado 13 de enero cayó a un pozo en Totalán (Málaga, España), así lo confirmaron fuentes del gobierno.
Mientras se lleva a cabo la autopsia del cuerpo del menor, las autoridades adelantaron que "la caída libre [de Julen] llegó hasta los 71 metros y se topó con un suelo de tierra". Agregaron que la caída del niño fue "rápida", según los primeros resultados de la autopsia.
El 13 de enero, uno de los parientes del pequeño vio cómo Julen, que estaba jugando con otro menor en la finca rural de un familiar, se precipitaba por un pozo de agua de 107 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de diámetro. Inmediatamente, los padres alertaron a las autoridades, que organizaron en la zona un despliegue con más de un centenar de efectivos.
En una de las primeras incursiones en el agujero, la cámara de un robot visualizó una bolsa de golosinas a 78 metros de profundidad que posiblemente se quedó enganchada durante la caída del pequeño. El miércoles pasado, Gómez de Celis comunicó que habían hallado pelo del menor en el interior del pozo.
El agujero por el que cayó Julen fue resultado de una excavación ilegal de 107 metros de profundidad realizada el pasado diciembre en busca de agua y posteriormente abandonada sin mantenimiento de ningún tipo. Sus escasos 25 centímetros de diámetro hicieron imposible el acceso de ningún adulto.
José y Vicky, padres de Julen, permanecieron durante la mayor parte del tiempo en el lugar de la tragedia. "Estamos muertos, pero con la esperanza de que tenemos un ángel que va a ayudar a que salga vivo", declaró a la prensa el padre el pasado miércoles, diez días después de que se produjera el accidente. En 2017, la pareja ya perdió a Oliver, su hijo mayor, que murió de un infarto.
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